Cada día, los avances de la tecnología nos llevan a sumergirnos en formatos interesantes que nos llevan a un sinnúmero de herramientas aplicables a nuestra rutina diaria en diferentes campos.
Es así como los límites entre la realidad y la virtualidad se han mezclado, facilitando que nos acerquemos un poco más a escenarios que antes solo veíamos en películas.
Poder estar dentro de nuestro videojuego favorito, explorar otros lugares sin necesidad de tener presencia física en ellos o incluso, conocer muy de cerca animales peligrosos y saber cómo se verían en medio de la sala de nuestra casa; se logra fácilmente de dos formas: por medio de la realidad aumentada o haciendo uso de la realidad virtual.
Pero ¿cuál es la diferencia entre ambas? ¿para qué sirven? ¿de qué forma están siendo aplicadas? Las respuestas a estos interrogantes son bastante interesantes.
¿Qué es la realidad aumentada?
La Realidad Aumentada -AR- nos permite ver la realidad mezclada con un elemento de ficción, a través de un dispositivo tecnológico, ya que proyecta cierta información que puede ser una imagen, algún gráfico, personaje, texto u objeto, utilizando el espacio físico que nos rodea.
Para poder interactuar con esta herramienta digital, es necesario hacer uso de la lente de la cámara, ya sea de un portátil, una tablet o un smartphone, que facilite superponer cualquiera de dichos elementos mencionados al plano real.
Un ejemplo de AR que todos tenemos a la mano es la opción que nos brinda Google desde su aplicación móvil al momento de consultar sobre algunos animales.
Haciendo click en el botón “Ver en 3D”, podremos obtener una visión detallada del ejemplar que elijamos frente a nosotros. Simplemente, necesitamos apuntar nuestra cámara hacia una superficie vacía y automáticamente el animal aparecerá en tamaño real.
Entre las opciones que podemos ver en modelos 3D gracias a esta aplicación se encuentran animales como el tigre de bengala, leopardo, tiburón blanco, panda gigante, mapache, oso pardo, serpiente pitón, águila y el león africano.
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Otra muestra de Realidad Aumentada la conocimos con la llegada del juego ‘Pokemón Go’ en el año 2016, que marcó el paso de las consolas de Nintendo a los teléfonos inteligentes.
Los jugadores, actuando como ‘entrenadores Pokémon’, buscan capturar y adiestrar unas criaturas de ficción con diferentes habilidades hasta completar la colección. El formato también incluye enfrentamientos con otros pokémones y ganar batallas.
Para capturarlos, el jugador debe buscar en las calles de su ciudad, guiado por el GPS de su teléfono móvil, la app emitirá una notificación cuando se encuentre cerca de un Pokémon. Cuando el “entrenador” enciende la cámara de su teléfono, se encuentra con una imagen de la criatura en cuestión, superpuesta sobre la escena real captada por la lente y al tocar la pantalla, lo atrapa.
Tal fue el furor causado por el juego de realidad aumentada que autoridades de distintos países alertaron a los jugadores sobre el peligro de no levantar la mirada del celular, al presentarse casos donde los ‘entrenadores’ recorrían las calles en busca de nuevos pokémones cruzando pasos vehiculares sin precaución.
¿Qué es la realidad virtual?
La Realidad Virtual -VR- se basa en la inmersión del usuario en un entorno tridimensional generado por una aplicación, donde se simula una experiencia sensorial completa dentro de un ambiente artificial con el que puede interactuar.
Para poder “entrar” a este espacio virtual, es necesario usar gafas holográficas que cubren la vista con un lente transparente y a partir de sensores, reproduce imágenes que parecen de tamaño natural y que cambian con el movimiento, variando además su campo de visión.
Es así como podemos experimentar la simulación de vuelo de un avión de guerra, el ejercicio de conducción de un vehículo o la exploración de nuevos escenarios, desarrollando acciones que transmiten sensaciones completamente reales.
Cuando estamos sumergidos en la realidad virtual, se activan todos nuestros sentidos, en respuesta a la gran cantidad de estímulos que nos generan las situaciones que se recrean en ella. Y, aunque los sentidos que más estímulos captan son la vista y la audición, la información que recibe nuestro cerebro es similar a la que se transmite estando en el mundo real; de esta forma, se logra suspender la incredulidad del usuario, convenciéndolo de que se encuentra en una dimensión diferente y que se sienta parte de ella.
Un punto clave de la realidad virtual se encuentra en la calidad gráfica de los escenarios y en alcanzar una sincronía perfecta entre los movimientos de la cabeza y los ojos del usuario para que la percepción sea “fiel a la realidad”.
¿Para qué sirve la realidad virtual y aumentada?
Como hemos visto, tanto la realidad aumentada como la virtual se han constituido en nuevos canales de comunicación que ofrecen grados distintos de interacción que en definitiva generan un mayor grado de recordación en los usuarios.
Si bien se ha demostrado la importancia del storytelling para conectar con nuestro público de manera eficaz, agregarle un componente de inmersión nos asegurará una mayor captación y fidelización de clientes.
Salirnos de los medios tradicionales para ofrecer la posibilidad de amplificar contenidos, arriesgarnos a pasar de lo análogo a lo digital se ha convertido en un reto para distintas empresas que le apuntan a tener un factor diferenciador en el mercado.
El primer paso es entender hacia dónde va la cotidianidad de nuestros consumidores y cómo estarán interactuando con su entorno en un futuro en donde por su puesto, los dispositivos móviles seguirán jugando un papel esencial.
Frente a este punto, recientemente el portal de estadística en línea alemán Statista GmbH reveló que en 2023 habrá aproximadamente 1.700 millones de usuarios de realidad aumentada móvil en todo el mundo, es decir, más del doble con respecto a la cifra registrada en 2020.
Pero, sabiendo estas proyecciones ¿de qué manera podemos aprovechar de mejor manera los beneficios de la realidad virtual y la aumentada? Ambas tienen campos de acción que funcionan como catalizador de ideas innovadoras.
Realidad virtual
El uso de la realidad virtual no se ciñe únicamente a fines de entretenimiento. Con el pasar de los años, su uso ha trascendido a diferentes áreas de estudio en donde ha resultado ser un apoyo importante para el desarrollo de distintas prácticas.
Este es el caso del sector de la arquitectura, en donde esta tecnología es utilizada como punto de partida para proyectos de gran magnitud, pues gracias a la simulación de escenarios es posible saber cuál será el resultado final de la obra, abriendo la posibilidad de estudiar y calcular de mejor manera los diseños, validando medidas y reduciendo posibles errores.
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Por ejemplo, al estar dentro de la estructura antes de ser construida, se pueden trazar más fácilmente las posibles rutas de evacuación en caso de emergencia o conocer la distribución de la luz y la compensación de la luz artificial para favorecer el ahorro energético.
Además, los clientes del proyecto pueden visitar su futura casa, modificar acabados, combinar colores, establecer la distribución de la vivienda, entre otros.
Realidad aumentada
Una de las ventajas del uso de la Realidad Aumentada es que, al no requerir de un dispositivo o gadget adicional a una cámara de celular, puede aprovecharse de manera más frecuente. Gracias a esto, durante la pandemia por Covid -19, lograron adaptarse cientos de contenidos a formatos digitales para facilitar el acceso a ellos, sin contacto.
Es así como la implementación de los códigos QR entró a ser parte de las medidas de autocuidado adoptadas por los lugares públicos para detener la propagación de virus. Restaurantes, aeropuertos, bancos, entre otros establecimientos, se apoyaron en este modelo para mejorar la experiencia del usuario.
Además, la Realidad Aumentada ayuda a los consumidores a tener a la mano toda la información sobre los productos que están adquiriendo, lo que representa una mayor interacción con la marca.
Usos de la realidad virtual y aumentada en la medicina
Más allá de los fines comerciales o de entretenimiento, el uso de la tecnología y sus avances han alcanzado niveles de impacto que se extienden incluso al cuidado de la vida de los seres humanos. Tanto la realidad virtual como la aumentada son actualmente parte fundamental de estudios en medicina, farmacéutica e investigaciones científicas.
Gracias a la VR, los profesionales de la salud en formación tienen la opción de entrenarse en intervenciones quirúrgicas con un paciente virtual sobre el cual se realizan procedimientos complejos. Antes de adaptar esta herramienta, el aprendizaje de los médicos se veía limitado a ejercicios de observación y videos, para luego aplicar sus conocimientos en una operación real en un cadáver.
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Actualmente, el “quirófano” es recreado en un espacio enteramente interactivo en el cual el médico o estudiante de medicina puede operar una y otra vez a un paciente virtual, conocer en tiempo real los resultados de su práctica, hasta lograr realizarla con éxito.
Para la industria farmacéutica, desde Igloolab encontramos en ambas tecnologías la mejor forma de gestionar conocimiento, garantizando total interactividad y altos niveles de engagement.
Creamos contenidos digitales portables, enviando información a profesionales de la salud a través de piezas que representan un ahorro en recursos y que permiten generar toda una experiencia alrededor de cualquier producto.
Observar cómo funciona el principio activo de un medicamento en el cuerpo humano, conocer sus beneficios y el modo de uso, de una manera fácil y práctica.
En otros escenarios, hemos logrado aumentar la participación de especialistas asistentes a eventos masivos, en donde estando frente a una cámara, se proyecta en sí mismos el funcionamiento de ciertos órganos y se evidencia el mecanismo de acción del medicamento sobre ellos.
De esta forma, se ilustran procesos orgánicos, en donde la investigación, la ciencia y la creatividad se unen, dando como resultado un universo de información de fácil asimilación.
Tanto la Realidad Aumentada como la Realidad Virtual están revolucionando el mundo, y su aprovechamiento depende únicamente de nuestra creatividad.
Luis Alfonso Ruíz
CEO de Igloolab